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INVERSIONISTA


¡Adictos a la deuda! Cuatro formas en que lo hemos negado

Fabio Parreaguirre [email protected] | Lunes 21 agosto, 2017


Foto con fines ilustrativos. Shutterstock/La República


Como cualquier adicto, volvemos a solucionar nuestros problemas —déficit fiscal— con una buena dosis, en este caso la droga se trata de la deuda.
Tanto interna como externa, la deuda se ha convertido en nuestra droga, la forma favorita de gastar el dinero que no tenemos y que ayuda a “patear la bola para adelante” con respecto a la solución del déficit fiscal.
Costa Rica tiene el mayor crecimiento de deuda de los gobiernos de Latinoamérica, también es el segundo entre los países con el déficit más alto de toda la región.
Y sin reforma, y continuando endeudándonos, parece que hacemos todo el esfuerzo para ser los primeros en este podio negativo (ver recuadros).

Usamos deuda como adictos
Estas han sido cuatro formas en como hemos negado nuestra adicción en los últimos años, algo que nos consume cada día más en la necesidad de endeudarnos para financiar el déficit.

UNO “Puedo parar cuando quiera”

El no aceptar que tenemos un problema como cualquier otro adicto y pasarnos la solución fiscal de gobierno en gobierno, es parte del problema.
Todos los últimos gobiernos han hablado sobre la necesidad de la reforma, pero todos se han endeudado de forma agresiva, esperando dichos cambios fiscales para “parar”.
Cada día la deuda sigue subiendo y en cada momento de falta de liquidez (adicción) la buscamos para apaciguar la problemática.

DOS “Puedo resolverlo sin ayuda”

Al tratar de encontrar la solución fiscal o simplemente “patear la bola” nos consumimos más en el problema.
La deuda costarricense pasó de representar un 200% de los ingresos del gobierno a casi el 300% durante el periodo 2010-2015.
Se trata de una forma precisa de analizar la situación, por cuanto normalmente se compara con el Producto Interno Bruto (PIB); sin embargo, es el gobierno el que paga directamente la deuda, y no el conjunto del país, así que se calcula la deuda como proporción de los ingresos del Estado.
Peor aún, la tasa de crecimiento de la deuda costarricense es la más alta de Latinoamérica, con el incremento de 84 puntos porcentuales en el periodo analizado, un 40% mayor que la de Brasil, que queda en segundo lugar.
Sin embargo, Brasil cuenta con una estructura impositiva más fuerte y una presión fiscal mayor, lo que significaría una ventaja frente a Costa Rica si la economía mundial se reactivara.

TRES “Miedo al mal momento de la desintoxicación”

Para muchos adictos el miedo a la desintoxicación (es un mal momento físico) hace que sigan consumiendo, algo que parece suceder con respecto a la deuda.
Con tal de evitar un conflicto en la sociedad, que significaría lidiar con los sindicatos para conciliar los recortes de los privilegios del sector público o el decirle al sector privado que pagará más impuestos, muchos evitan la “desintoxicación”.

CUATRO “Entrar en tratamiento significa que soy débil”

No hemos hecho caso a las recomendaciones de terceros (tratamiento) y seguimos evitando el problema.
Ya el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, las calificadoras de riesgo, entre otros organismos internacionales, le han ofrecido la receta al país para “tratar su adicción”.
El primer paso no se ha dado, que sería la reforma fiscal, que nos genere nuevos ingresos y recorte gastos del gobierno.

No podemos seguir así

El futuro de la economía costarricense queda incierto, e incluso este año no tuvo un recorte del gasto en las áreas consideradas críticas para gran parte de la sociedad, como los salarios de los funcionarios públicos.
La esperanza queda puesta en la reforma fiscal; sin embargo, un acuerdo entre el gobierno y los demás partidos de la Asamblea se ve aún lejano.
La discusión continúa entre el sector público y el privado, en el que ninguno parece dispuesto a ceder.
El sector público argumenta que habría superávit, si se redujeran las exoneraciones del sector privado, así como la evasión y elusión fiscal.
El sector empresarial por su parte ha insistido en el recorte en los costos del gobierno, sobre todo de empleados, anualidades y otros beneficios salariales.
Mientras esto no suceda, no aceptarían el cobro de nuevos impuestos o tasas impositivas mayores.

Banco Central no puede prestar al gobierno

Imprimir colones para financiar déficit es imposible ya que está prohibido por ley (Artículo 59 de la Ley Orgánica del Banco Central) que esta entidad otorgue cualquier tipo de financiamiento al gobierno o instituciones públicas.

  • No puede imprimir colones para prestar directamente al gobierno
  • No puede invertir en títulos del gobierno

 

Tema de cuidado

Varios expertos comprenden que este es un tema de cuidado, se nos acaba el momento de actuar respecto a la reforma fiscal.

José Luis Arce
Economista
Cefsa

El tema no es la deuda en sí, sino el uso y el abuso que hacemos de ella. Los Estados, las empresas y las familias pueden hacer un uso racional y positivo del endeudamiento en múltiples circunstancias.
A nivel macroeconómico estás pueden ir desde el desarrollo de infraestructura económica o social hasta cubrir la insuficiencia de ingresos de manera sostenible o temporal, como por ejemplo sería el caso de una política fiscal anti cíclica.
El problema finalmente no es endeudarse, sino el hacerlo excesivamente, de manera que se pueda poner en duda la capacidad de pagarla en el futuro. Esto es justamente el problema, con los escenario macroeconómicos de mediano plazo, un costo real de la deuda creciente, un déficit primario de más de 3% del PIB y crecimiento bajo del PIB, la deuda lejos de estabilizarse aumenta aceleradamente como proporción del PIB.
En los últimos años además, entorno externo particular dio mayores espacios para que la deuda no pareciera explotar en el largo plazo, lo que aprovechamos no para resolver el problema de fondo, sino que para patear la pelota hacia adelante más, o sea  "Après moi le déluge”.

Rebeca Gamboa
Economista
Ecoanálisis

Lo que sucede es que el tema de deuda ha sido una bola de nieve, tenemos una nivel de deuda que comparada con nuestros ingresos es alta, con unos gastos donde el 15% corresponden al pago de intereses y del 85% sobrante solamente el 5% aproximadamente es flexible a la baja. Si nuestros gastos no pueden disminuir lo suficiente y nos encontramos en una situación de déficit se debe a recurrir a pedir financiamiento en caso de que  no se tenga la posibilidad de realizar una reforma fiscal. Entonces más endeudamiento, genera tener que desembolsar más dinero por el pago de intereses.
Además para hacerle frente y comenzar a salir de la crisis de 2009 el gobierno de Arias Sánchez adopta políticas keynesianas de aumento de gastos del gobierno, principalmente en salarios y otras transferencias para así poder incentivar a la población a gastar más y llevar la economía avante. El único problema es que no se tuvo una visión del impacto a largo plazo que esto podría generar sobre el nivel del gasto, el comportamiento al alza de los salarios hace que se deban de buscar más recursos para el pago de obligaciones. Pero ¿por qué no se hizo con impuestos?, pues considero que la población no ve mejoras en temas necesarios como infraestructura y que por lo tanto existe un recelo al desembolso de mayor dinero para impuestos, igualmente el tema de exoneraciones o aumentos al pago de impuestos por parte de las empresas no se les aplica para evitar que sea un desincentivo a la inversión y a la producción.
 

 


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