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¿Afectarán los precios internacionales del petróleo la recuperación económica nacional post covid-19?

Roberto Dobles [email protected] | Lunes 31 agosto, 2020


Al ser la energía una capacidad esencial para que se pueda realizar trabajo y movimiento en un país, sus precios son determinantes para impulsar u obstaculizar el desarrollo económico y social y la calidad de vida de las personas, según éstos sean bajos o altos respectivamente.

El petróleo es actualmente la principal fuente de energía del mundo y su precio internacional siempre ha tenido un efecto en las economías de los países, cuyo impacto se propaga según el nivel de dependencia petrolera que cada país tenga.

La dependencia petrolera promedio del mundo es de aproximadamente un 32%, mientras que la de Costa Rica, según los datos oficiales, es actualmente del 64,3% y continúa creciendo.

Contrario a lo que indica el discurso político, los datos oficiales muestran que los derivados de petróleo importados han venido desplazando las fuentes nacionales renovables de energía en el país, ya que su consumo ha estado creciendo más rápidamente.

Al ser la dependencia petrolera nacional el doble de la dependencia mundial, y con tendencia creciente, los aumentos en los precios internacionales del petróleo tienen, consecuentemente, un mayor impacto en la economía del país.

El mercado petrolero internacional siempre ha tenido una importante variabilidad por ser el petróleo un “commodity” y porque está sujeto a una gran multiplicidad de factores complejos (económicos, sociales, geopolíticos, tecnológicos, especulativos, etc.).

Dentro de este contexto evolutivo, existen opiniones de expertos internacionales que señalan que los precios del petróleo podrían subir en el futuro de manera importante después de la gran reducción que se dio como resultado básicamente de la caída estrepitosa de la demanda provocada por la crisis sanitaria y económica inducida por el Covid-19 y por la sobre producción de petróleo que generó un exceso de oferta en ese momento.

Luego de los acuerdos para reducir la oferta, por parte de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de sus aliados (como Rusia, entre otros), los precios empezaron a subir.

El precio del crudo de referencia en el continente americano (el West Texas Intermediate, WTI) ha subido unas 3,5 veces desde su punto más bajo este año, ya que subió de $12,34/barril el 28 de abril del 2020 a $43,20/barril el viernes pasado.

Esta recuperación de los precios internacionales ocurrió como consecuencia de las reducciones de las exportaciones que han limitado la oferta mundial de petróleo.

Con base en el acuerdo anterior, la oferta mundial de petróleo aumentará de manera controlada por parte de los países exportadores a medida que aumente la demanda.

Pero si la demanda sigue creciendo, como estiman muchos analistas internacionales, y llega a desaparecer la capacidad excedentaria de producción que existe en este momento, los precios podrían subir aún más.

Esta es la tesis que mantienen una cantidad de analistas que sostienen que los precios internacionales del petróleo podrían continuar subiendo más como consecuencia de la reducción de las inversiones que se ha venido dando en el sector petrolero, la cual terminará por afectar la oferta futura.

Este escenario se basa en gran medida en dos supuestos claves:

  • Demanda. El crecimiento futuro de la demanda de petróleo se recuperaría con la recuperación de la economía mundial.
  • Oferta. De reponerse la demanda petrolera mundial, la oferta mundial de petróleo podría no poder reaccionar con la misma velocidad en un momento dado. La posposición de muchos proyectos de exploración y desarrollo de petróleo, como consecuencia de la reducción de las inversiones, podría crear desbalances entre la oferta y la demanda, lo que aumentaría entonces los precios.

Esta caída en las inversiones sería entonces la responsable de los atrasos en la entrada en operación de nueva capacidad de producción de petróleo.

El problema no es de disponibilidad física del petróleo en el subsuelo, ya que en el mundo existen enormes cantidades de reservas probadas, posibles y probables. Es un problema de capacidad de producción.

Un reciente estudio publicado por la International Energy Agency (IEA) con el título “The Covid-19 crisis is causing the biggest fall in global energy investment in history” resume la situación actual de la siguiente manera:

  • “La caída histórica en la inversión energética global es profundamente preocupante por muchas razones. Significa la pérdida de empleos y de oportunidades económicas hoy, así como la pérdida de capacidad de suministro de energía que podríamos necesitar mañana, una vez que la economía mundial se recupere”.

Otro artículo titulado “Investment in oil supply has collapsed”, publicado por The Economist, amplía el análisis relacionado con el sector petrolero y señala lo siguiente:

  • La crisis del Covid-19 ha provocado que “la inversión global en el suministro futuro de petróleo se haya derrumbado”, y que “los productores de petróleo hayan… retrasado proyectos”, lo cual ha ocurrido con mayor fuerza en los países fuera de la OPEP.

Es importante tener en cuenta el hecho que la mayor caída en las inversiones en el sector petrolero se ha estado dando en los países productores que no son miembros del grupo de la OPEP y de sus aliados.

Esto provocaría que adicionalmente aumente la participación de este grupo de países en el abastecimiento mundial de petróleo, el cual es conocido por buscar siempre manejar la oferta petrolera para aumentar los precios internacionales.

Sobre este tema, este artículo indica lo siguiente:

  • “Goldman Sachs estima que la producción fuera de la OPEP se estancaría en la década del 2020, no debido a la geología o incluso a la demanda, sino a la falta de suficiente inversión (en estos países)” y señala que “el suministro de los países fuera de la OPEP representa aproximadamente el 60% de la producción mundial”.
  • “La OPEP controla alrededor del 70% de las reservas mundiales de petróleo, que es más que su participación de mercado del 40%”.

Otro artículo titulado “Here’s How Oil Could Skyrocket By 138%”, publicado por el medio especializado Oil Price el 10 de agosto del 2020, resume de la siguiente manera la tesis de que los precios del petróleo seguirán subiendo como consecuencia de los retrasos que se darán en la puesta en operación de nueva capacidad de producción de petróleo:

  • “La reducción y la falta de inversión de capital que la industria petrolera ha experimentado en los últimos cinco años conduciría finalmente a una escasez de crudo”.
  • “Se vuelve cada vez más claro que la economía se está adaptando a la nueva realidad más rápido de lo que nadie creía posible”.
  • “Nos estamos recuperando en términos de empleo y actividad económica en general”.
  • "Los suministros de petróleo crudo van a caer, al igual que la demanda está aumentando”.
  • “Los precios del petróleo seguirán subiendo”.

Para un país como Costa Rica que tiene una altísima dependencia petrolera en continuo aumento, estos escenarios de precios internacionales crecientes no son nada halagüeños.

Precios altos y crecientes del petróleo obstaculizarán la reactivación económica del país post Covid-19. Estos escenarios aún no se ven contemplados ni en los planes ni en las opiniones de muchos analistas económicos nacionales.

No se analizan y no se contemplan los escenarios posibles de impactos negativos en la economía nacional como consecuencia de los aumentos potenciales de los precios internacionales del petróleo.

Lo que sí abunda es más deuda pública y más impuestos, lo cual no genera ni reactivación ni crecimiento económico y social.

Toda la crisis económica actual se da dentro de un entorno donde los precios internacionales del petróleo amenazan con reprimir la poca recuperación económica que podría darse en el futuro.

Y adicionalmente está ocurriendo lo siguiente como resultado de las políticas actuales:

  • Aumentan continuamente las caras importaciones petroleras en detrimento de las fuentes renovables nacionales de energía.
  • Se descarta utilizar la gran fuente de competitividad y la enorme cantidad de recursos fiscales y de divisas que tenemos y que se encuentran ubicados en el subsuelo, incluyendo los recursos minerales y el gas natural, el cual va a desplazar el petróleo en el futuro y se va a convertir en la principal fuente de energía del mundo.

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