Antonella Sudasassi: primera centroamericana en llegar a los Goya

El 2019 fue un año ajetreado para Antonella Sudasassi, pues estrenó su primer largometraje, una cinta feminista sobre el machismo, que logró calar profundo en Costa Rica y fuera del país.

La película debutó en el Festival de Cine de Berlín, ante la mirada de más de 2 mil personas.

En Brasil, recibió tres premios en el Festival de Cinema de Gramado, en las categorías de Mejor Película Extranjera, Premio de la Crítica "por decisión unánime" y Premio Revelación.

En Seattle, se llevó el Premio del Jurado y la cereza del pastel fue obtener una nominación en los premios Goya de España.

Sudasassi es la primera centroamericana en lograrlo, un sueño sin duda perseguido por muchos cineastas.

¿Qué significó llegar a los Goya?

Esta nominación confirma de forma contundente la oportunidad que representa el cine que hacemos y el resultado de invertir en la industria.

Además, que una película costarricense feminista liderada por mujeres sea reconocida, cobra aún más fuerza y relevancia cuando recordamos que vivimos en países donde el ultraconservadurismo religioso amenaza con discursos retrógrados, donde padres de familia cierran las escuelas para oponerse a los programas de educación sexual, jueces envían a la cárcel a mujeres que deciden sobre sus cuerpos y políticos pelean a toda costa por prohibir prácticas médicas que garanticen la salud de las madres.

¿Qué representa para usted “El despertar de las hormigas”?

“El despertar de las hormigas” siempre representó para mí algo más grande que solo una película. Yo quería empezar un diálogo sobre la sexualidad femenina, que desgraciadamente sigue siendo un gran tabú, y sobre lo que significa ser mujer en Costa Rica, con todos sus claros y oscuros.

Precisamente, por esto invitamos a artistas a construir este diálogo y a profundizar en las formas que nos entendemos, vemos y representamos las mujeres.

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Me siento muy feliz de que el proyecto tuviera tanta exposición, esto me reafirma la necesidad que tenemos de hablar sobre estos temas. Creo que vivimos en un momento de hermosa transformación y el arte, en todas sus formas, puede y debe contribuir a que nos cuestionemos nuestras creencias, aquellas cosas que damos por normales, para empezar a reconstruirnos.

Usted en este proyecto de tres etapas se cuestiona qué es ser mujer, ¿tiene la respuesta?

Creo que respuestas hay miles, creo que para cada persona la pregunta de "¿quién soy?" es un universo en sí mismo, que, además, constantemente se está reconstruyendo. Yo lo que busco es mostrar un poco lo que he vivido y observado.

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Había cosas de "ser mujer" que me incomodaban, quería hablar de eso, pero como siempre, sin querer decir "esto es". La película y el proyecto en general, buscan más bien hacer preguntas, ¿por qué se parece, o no, lo que cuentan las películas (corto, largo y documental) a lo que yo he vivido? Más que tratar de dar una única respuesta, me gustaría pensar que el proyecto invita a pensar, a iniciar un diálogo.

¿Cuál podría decir que es su propósito como cineasta?

Me gustaría poder seguir contando historias, dejándome sorprender por los personajes y protagonistas, y que esas historias logren emocionar.

¿Qué sigue en su carrera, a qué aspira?

Aspiro a seguir haciendo cine, en mejores condiciones. Ahora mismo, es un poco insostenible. Al no existir una industria sólida, ley, fondos, etc., se labora paralelo al trabajo que te da sustento, es bastante cansado y a largo plazo insostenible. Me gustaría ver que el país apoye la industria creativa (hablo no solo del cine, sino de todas las artes), para que Costa Rica se llene de arte y que sea ese arte el que nos represente aquí y afuera.