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Conectividad y Educación: El reto de la brecha G.

Willy Castro Guzmán. [email protected] | Jueves 09 septiembre, 2021

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Willy Castro Guzmán

[email protected]

Académico Universitario.

El Octavo Informe Estado de la Educación 2021, confirma con datos lo que muchos vivieron desde el inicio de la pandemia, respecto de las brechas en el acceso a la conectividad de Internet y la incidencia que esta tuvo en el sistema educativo costarricense. En relación con la conectividad, el informe señala como uno de los retos por atender, el sentar las bases para construir con urgencia una sociedad conectada y comprender esta como un derecho ciudadano. Acelerada por la pandemia la conectividad pasó a ocupar un lugar en el debate nacional que no tenía antes de esta. Además, en términos de las proyecciones de futuro, la conectividad resulta imprescindible tanto para la continuidad de los procesos educativos como para la innovación y la anhelada transformación educativa.

Parece haber acuerdo en que el futuro de la Educación conlleva, el pasar de esfuerzos por lograr la continuidad en la emergencia educativa mediante modalidades de presencialidad remota, a modelos conscientemente pensados y diseñados como híbridos, flexibles, de autogestión del aprendizaje o mezclas entre estos. Quizá, previo a la pandemia, este cambio era una opción en el largo plazo, sin embargo; hoy se están analizando y desarrollando acciones para hacerla realidad cuanto antes, especialmente ante la necesidad del regreso a las aulas, por la importancia que tiene la interacción humana presencial en algunas etapas del desarrollo integral del ser humano.

Independientemente del modelo seleccionado por las instituciones educativas, la conectividad es, y seguirá siendo una condición esencial. Dar el paso para ponerse al día requiere cerrar la brecha de conectividad actual, pero hacerlo sostenible requiere asumir un enfoque en donde no se piense en cerrar las brechas venideras, sino anticiparlas y minimizar los impactos del ciclo perverso de la brecha que se origina con la llegada de cada nueva tecnología.

El Octavo Informe es claro en indicar que Costa Rica tiene un acceso desigual a la conectividad, en centros educativos, hogares e individuos. Dicha desigualdad se presenta en el tipo de conectividad de la que disponemos actualmente, la Red 4G; la cual fue introducida en el país desde 2014. En relación con tecnologías de conectividad a Internet, cada nueva tecnología tiene el potencial de crear una nueva brecha, por lo que resultará prioritario tomar las acciones necesarias para evitar que la entrada en funcionamiento de la tecnología de Red 5G (y futuras) generen cada vez, una nueva brecha digital y por tanto una nueva brecha educativa. En este sentido, evitar la potencial Brecha G.

Evitar una nueva brecha G, no es solo un asunto tecnológico. Históricamente, las brechas tecnológicas han incidido en los procesos educativos, en al menos tres niveles: el acceso de la tecnología, el uso de esta y su apropiación en educación. Una educación híbrida desde una mirada de equidad y justicia requiere el aseguramiento de condiciones en el nivel de acceso y esfuerzos ingentes por desarrollar las capacidades en el uso y la apropiación en los involucrados. La implementación de una nueva tecnología, como las redes 5G; deben encontrarnos con un nivel de preparación adecuado desde la dimensión tecnológica, pero también desde lo pedagógico y desde la gestión administrativa. Una concepción más amplia de conectividad se refiere a esta como la posibilidad de que las personas participantes del proceso de aprendizaje tengan acceso a los recursos tecnológicos, de red, de equipo tecnológico y de software; así como también las habilidades para desarrollar conexiones entre estudiantes y personas docentes; y de estos con los recursos educativos. Desde esta perspectiva para un uso adecuado de una tecnología como la Red 5G, requerirá no solo, de las condiciones tecnológicas correctas, sino las capacidades de las organizaciones y participantes del proceso educativo para hacer un uso adecuado de ella.

Según lo indicado por el MICITT en el documento La Ruta 5G: El camino de Costa Rica hacia las redes IMT-2020, la red 5G es una red revolucionaria y no evolucionaria. Esta tendrá velocidades, al menos, 10 veces más rápida que la tecnología 4G. Para poner un ejemplo, será posible descargar una película completa en menos de un minuto. Ahora bien, ¿qué significa eso en términos educativos? Quizás no hay respuestas en este momento y quizá no sea el momento de encontrar respuestas sino de hacernos las preguntas correctas. Para esto resulta esencial que el sector educativo nacional forme parte activa de la ruta de implementación del 5G en Costa Rica, que nos permita un nivel adecuado de preparación para su aprovechamiento en la formación de profesionales, y para el desarrollo social y económico.

Entre los posibles escenarios educativos que harían uso de tecnologías de conectividad 5G se encuentran: El Internet táctil para el desarrollo de habilidades, la realidad virtual generalizada, la realidad aumentada, la interacción en tiempo real entre experiencias de aprendizaje virtuales y físicas, el aprendizaje personalizado, mochilas inalámbricas, robótica, desarrollos para atender personas con necesidades especiales, internet de las cosas y el aula inteligente. El paso para que estas oportunidades sean una realidad requerirán, no solamente de la disponibilidad y equidad en el acceso a la red 5G, sino a los dispositivos, al software, a recursos y contenidos educativos adecuados y a las capacidades de docentes, estudiantes y gestores para una apropiación educativa de las tecnologías. Esta simbiosis educación-tecnología no debe comprenderse desde el determinismo tecnológico, de tal forma que ninguna tecnología por sí sola, resuelve los problemas educativos, nada más alejado que eso. Por el contrario, esta reflexión es parte esencial para reducir una futura brecha 5G en la apropiación educativa.

El sistema educativo debe llevarle el pulso a los avances del país en el desarrollo de la conectividad 5G, de tal forma que se tomen las acciones tecnológicas, administrativas y educativas que permitan un aprovechamiento adecuado desde lo pedagógico e intentar evitar la apertura de una nueva brecha digital considerando acciones de carácter socioeconómicos y de alfabetización tecnológica. Será necesario responder preguntas relacionadas no solo con los qué sino con los quiénes y los cómo. Es necesario ir siempre un paso delante de la brecha, prever, crear escenarios, proyectos piloto, alianzas, acciones y políticas. Será necesario contar con departamentos de investigación tecno educativa fortalecidos, con acceso a recursos y tecnologías de punta que permitan entre otras cosas, estar a la vanguardia, ser creadores de experiencias y no replicadores de estas provenientes de contextos educativos y culturales diferentes del nuestro. Es preciso, el trabajo articulado con los proveedores de Internet, SUTEL, MICIT, Defensoría de los Habitantes, entre otros; para el desarrollo de acciones con miras a desarrollar acciones de equidad y justicia en el acceso a la conectividad que facilite la ruta hacia esa educación de calidad que todos anhelamos. Tenemos trabajo urgente si el horizonte de implementación de la red 5G es año 2025.






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