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Viernes, 20 de diciembre de 2024



NOTA DE TANO


La tecnología le quitó sabor al análisis

Gaetano Pandolfo [email protected] | Miércoles 21 diciembre, 2022


Los viejos no nos acostumbramos al aporte de la tecnología en los juegos de fútbol. Me imagino que es cuestión de edad, como sucede con Bad Bunny, vuelva locas a multitudes de fans y lo conviertan en un “cantante” multimillonario por lanzar quejidos y rugidos en sus multitudinarias presentaciones.
Los viejos no nos acostumbramos al aporte de la tecnología en los juegos de fútbol. Me imagino que es cuestión de edad, como sucede con Bad Bunny, vuelva locas a multitudes de fans y lo conviertan en un “cantante” multimillonario por lanzar quejidos y rugidos en sus multitudinarias presentaciones.


Desde luego que es un asunto generacional, al que los viejos del barrio no nos vamos a acostumbrar. Nos referimos al aporte de la tecnología a los juegos de fútbol.

La FIFA convirtió los juegos del Mundial en Qatar en partidos de la NBA, cuando en las transmisiones inundan a los televidentes de datos estadísticos qué, en lugar de ser un complemento al análisis técnico del juego, le pasa por encima y lo entierra.

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Me imagino que es cuestión de edad, como sucede con la música, que los “rocos” no entendemos, comprendemos, ni asimilamos, que un esqueleto moviente que se apoda Bad Bunny, vuelva locas a multitudes de fans y lo conviertan en un “cantante” multimillonario por lanzar quejidos y rugidos en sus multitudinarias presentaciones.

Suponemos que a miles de personas les agrada conocer los datos estadísticos que hoy ofrece la FIFA de cada juego. Es un tsunami de números que lo abarca absolutamente todo: goles, remates, servicios, metros recorridos, recuperaciones, llegadas al área, pases verticales, horizontales y para atrás. Fútbol aéreo, fútbol terrestre, zancadillas, penales, tarjetas, sudor derretido, sudor secado, quien corrió más, quien corrió menos. Desplazamientos, diagonales, coberturas y bloqueos. A la FIFA solo le faltó agregar al máximo encestador de tres puntos.

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Esta inundación de datos estadísticos que facilita desde luego la tecnología, le quita sabor al que debiera ser el análisis técnico y hasta táctico de un partido.

Por ejemplo en la final del Mundial, tácticamente se presentó un detalle que se le escapó a los “analistas”, concentrados en informar cuántos metros llevaban recorridos Messi y Mbappé.

Nos referimos al trabajo monumental que hizo la cintura del seleccionado argentino.

El trabajo táctico y técnico de Rodrigo De Paúl, Enzo Fernández, Alexis McAllister y Angel Di María, borró por completo al entonces campeón del mundo y para un verdadero amante del fútbol, interesado en conocer qué armas utilizó el técnico Lionel Scaloni para despedazar el sistema táctico de Francia, resulta mucho más aleccionador, interesante y atractivo, qué los analistas de la TV nos expliquen qué funciones cumplieron estos jugadores, en lugar de que nos informen cuántos metros y balones recorrieron y recuperaron cada uno de ellos. Todavía espero que alguien explique tácticamente, no numéricamente, porque McAllister fue, para nosotros, el mejor jugador argentino.

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