Operación a corazón abierto requiere la educación pública, según candidatos presidenciales

Una intervención urgente para salvar la educación pública y así evitar que miles de costarricenses caigan en la pobreza en el futuro, es lo que se requiere de inmediato, según los candidatos presidenciales Rodrigo Chaves de Progreso Social Democrático y José María Figueres del PLN.

Al iniciar el curso lectivo 2022, las deficiencias educativas de escuelas y colegios públicos, y el rezago acumulado de los últimos cuatro años por culpa de la Covid-19 y las huelgas de los maestros, se colaron entre los cuadernos, libros, calculadoras y lapiceros que los estudiantes llevarán a las aulas.

Es por ello, que no sorprende que los candidatos presidenciales hablen de una declaratoria de emergencia nacional como primer decreto del gobierno, a la vez, que se anuncie la separación en pleno del Consejo Superior de la Educación.

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“Ante la situación actual, debemos ser tajantes y tomar medidas puntuales, nuestra niñez y juventud necesitan soluciones. Por ello, lo primero que haremos será declarar la emergencia nacional en educación”, dijo Figueres.

Una evaluación constante de los maestros y profesiones, la obligatoriedad de enseñar inglés de manera eficiente y un énfasis en la educación técnica y educación dual, son otras de las promesas.

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Y es que el Estado de la Educación 2021 reveló que esta área sufre la peor crisis desde los años ochenta, impulsada por la pandemia, pero también por otros factores que se arrastraban.

Lo anterior generó un “apagón educativo” y una nueva forma de exclusión; es decir, jóvenes que no contaron con las condiciones necesarias para dar continuidad al curso lectivo tuvieron que salir de las aulas, ya que solo el 13% de las lecciones fueron presenciales y el 87% fueron remotas.

Ante el cierre de los centros educativos, se afectó el derecho a la educación de los estudiantes, el 20% de estos no pudo acceder a computadoras porque no tenían en el hogar y cerca del 40% de estudiantes no tuvo acceso a internet o bien tuvo problemas para tener dispositivos electrónicos.

“Una educación de calidad es esencial para generar más y mejores oportunidades laborales, más prosperidad y una vida más saludable y feliz para nuestra gente. Aunque Costa Rica invierte casi un 8% del PIB en educación, su calidad está en entredicho, con graves desigualdades entre lo urbano y lo rural, lo público y lo privado”, indicó Chaves.