“Tope a tasas de interés más bien excluye a quienes pretendía beneficiar”

El propósito de apoyar a quienes eran sujetos de las tasas de interés más altas con la nueva ley, más bien está derivando en la exclusión de estos clientes del sistema financiero, según Gerardo Corrales, economista de Economía Hoy.

¿Cómo reacciona a las primeras medidas que toman las entidades ante el tope de las tasas de interés?

La ley está generando una exclusión de aquellos a los que más bien iba a beneficiar, que son aquellos con perfiles de riesgo más altos.

Se trata de una crónica de una muerte anunciada, distintos entes técnicos como Sugef, Connasif, Banco Central y expertos en la materia habían advertido que la fijación arbitraria de ese tope excluiría a 150 mil clientes de tarjetas que no van a poder ser absorbidos por entidades formales, y serán financiados en la informalidad a tasas de interés más altas.

Lamentablemente, las alternativas que les quedan a estos clientes son muy pocas.

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¿Quiénes son los principales ganadores y perdedores?

Los más afectados serán aquellos que tienen una mayor exposición a esos segmentos de alto perfil de riesgo y que requieren tasas más altas para poder atenderlos.

Sufren menos esas entidades que no están concentrados en esos sectores.

Para esos clientes de mejor perfil que sí se quedan en las entidades, habrá un ajuste en las tasas de interés, lo cual hará que las tarjetas de crédito se conviertan en un producto muy exclusivo para quienes tengan buen perfil de riesgo y de altos ingresos.

¿Qué debía mejorar esta ley?

Se deberían haber seguido las recomendaciones en cuanto a la fijación de un tope en cuanto a que fuera en función de los costos de cobranza, operativos y pérdidas de incobrables. No es mediante un tope a las tasas de interés en donde se evita el sobreendeudamiento.

¿Qué se puede rescatar?

La ley de usura lo único bueno que tiene es un apartado donde se limitan la cantidad de retenciones de cuotas de crédito, de manera que la persona reciba siempre un salario mínimo equivalente a ¢200 mil.

Eso evita que a la persona se le sobreendeude.

Pero si no hay educación financiera y sin automatizar las gestiones de cobro, estas personas serán poco aptas para los bancos.

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¿Qué previsiones pudieron haber tomado las entidades?

Es difícil haber tomado medidas previas para minimizar el impacto, por cuanto se trata de clientes de altos costos operativos.

Hay proyectos de ley como la ampliación de la central de información de deudores que podría venir a ayudar a tener claridad total del nivel de endeudamiento.