Industria del plástico entre la espada y la pared

El surgimiento de un consumidor cada vez más consciente de los problemas ambientales y nuevas leyes que restringirían o prohibirían el plástico tienen a los productores de este material entre la espada y la pared.

Y es que la eventual aplicación de nuevos impuestos y otras limitaciones se sumarían a la tendencia creciente de empresas, comercios y consumidores de buscar artículos ecoamigables y olvidarse de los plásticos de un solo uso.

En este escenario, podría no ser necesaria una legislación para que el consumo de plástico en el país disminuya, ya que a nivel de retail, municipalidades e instituciones del Estado se le declaró la guerra al plástico.

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Por ejemplo, grandes cadenas como Taco Bell, Pizza Hut, Fifco y Walmart, entre otros, le dan la espalda a este producto.

Todas ellas han promovido la eliminación del plástico de un solo uso, o bien, cobran un adicional a sus clientes por utilizar este tipo de envases.

Asimismo, cantones como Tibás, Garabito, La Unión, Cartago, Paraíso y Goicoechea son parte de los lugares con estrategias de eliminación del plástico.

Mientras tanto, los municipios de Guanacaste se han establecido la meta de ser libres de plástico en cinco años, con el objetivo de proteger el turismo, principal fuente de ingresos y de trabajo para la provincia.

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En el caso del Estado, hay una directriz para reducir las compras de este material en ministerios, instituciones autónomas y bancos.

Sin embargo, las acciones del Gobierno, de los diputados y de las empresas significarían la pérdida de miles de empleos directos e indirectos, según el sector productivo, quien estima unas 13 mil plazas.

Es por ello que los industriales están en contra de aprobar, mediante un proyecto de ley, alguna prohibición a las bolsas hechas de plástico tradicional, una alternativa en botellas y una prohibición en pajillas.

Tanto la Cámara Costarricense de la Industria del Plástico como la Cámara de la Industria Alimentaria rechazan los proyectoa de ley presentados por el diputado Erwen Masís, de la Unidad Social Cristiana, y Paola Vega, del PAC, que aún no salen dictaminados de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa.

La oposición se mantiene incluso después de que su proyecto fuera “suavizado” por varias bancadas, denunció Vega, diputada del PAC, quien había presentado las propuestas más agresivas en contra del plástico, incluyendo los impuestos.

Obligar a los establecimientos comerciales a contar con contenedores de reciclaje, que las empresas tengan un plan anual de reducción de plásticos y prohibir plásticos de un solo uso en sodas estudiantiles fueron varias de las propuestas rechazadas por los legisladores.

Asimismo, se denegó un plan de José María Villalta del Frente Amplio, en el que se planteaba la posibilidad de eliminar las bolsas plásticas de los supermercados en el plazo de un año.

En este caso, se pasó a tres años y se permitirá utilizar bolsas de material reciclado o que puedan reutilizarse.

Para los industriales, la única salida viable es que se promueva una iniciativa nacional de recolección y gestión de residuos plásticos.

En vista de la situación actual, ¿es adaptarse o morir para los industriales del plástico?, pues parece que el mercado pone las reglas.